Si en algo estamos de acuerdo los peruanos es que vivimos un clima de incertidumbre electoral y que estamos asediados por la violencia criminal. Frente a esta dura realidad, como ciudadanos que amamos nuestro país y que trabajamos para verlo grande y próspero, no podíamos permanecer impasibles.
De esta preocupación nació Peruanos de Estado, un colectivo civil formado por Ricardo Márquez, Roque Benavides, Rosario Bazán, Carlos Añaños y yo, quienes, sin ninguna pretensión electoral, decidimos tomar la palabra y proponer soluciones concretas al Congreso de la República. Mientras el debate público se degrada en insultos y ataques estériles, este grupo de ciudadanos plantea reformas urgentes en la legislación electoral y en seguridad ciudadana.
Es momento de escuchar voces sensatas y asumir compromisos serios para reconstruir el país.
El escenario electoral peruano sufre de una fragmentación extrema y de la infiltración de personajes con antecedentes cuestionables. Peruanos de Estado subraya la necesidad de generar un espacio de diálogo entre los diversos actores políticos y sociales para alcanzar un mínimo de consensos que evite que perdamos lo ganado en los últimos 25 años.
El primer paso es reducir la dispersión electoral y establecer reglas claras sobre quiénes pueden postular a cargos públicos. En este sentido, se plantea impedir la candidatura de personas condenadas por homicidio, terrorismo, lavado de activos y otros delitos graves.
No se trata de una caza de brujas, sino de un filtro básico para garantizar que quienes aspiran a dirigir el país sean los más idóneos y no simples oportunistas.
Una de las propuestas es ampliar el plazo para formar alianzas electorales, que, según el cronograma aprobado, vence el 12 de mayo. El presidente del Jurado Nacional de Elecciones, Roberto Burneo, ha dicho que estudiará la posibilidad de ampliar este plazo; señal de que vamos por buen camino.
Otra de las propuestas clave es la formación de frentes presidenciales que permita a los partidos aliarse para la elección presidencial, pero conservar su independencia en la elección de diputados y senadores.
Se sugiere también igualar la valla electoral en 5 % para evitar que las alianzas enfrenten una barrera más alta que los partidos individuales. Este esquema busca fortalecer la institucionalidad y evitar la proliferación de candidaturas sin sustento, que hoy pasan de 40.
La reinstitucionalización del país también pasa por un mayor control de los antecedentes de los candidatos. Se propone la creación de una central de información que registre denuncias, juicios y la trayectoria completa de quienes postulan a un cargo público. Con mayor transparencia, los ciudadanos podrán tomar decisiones informadas y evitar que los mismos rostros de siempre, envueltos en escándalos y acusaciones, sigan enquistados en el poder.
En el frente de la seguridad ciudadana, el panorama es igual de crítico. La extorsión y el sicariato se han convertido en un flagelo que paraliza regiones enteras del país. Peruanos de Estado propone la creación de fiscalías ad hoc especializadas en estos delitos, así como la designación de un zar de la lucha contra la extorsión.
También planteamos una alianza entre el Estado y la empresa privada para la construcción de nuevas cárceles y unidades de flagrancia a través del mecanismo de Obras por Impuestos. Esto permitiría agilizar la respuesta frente a los delincuentes y desarticular sus redes con mayor eficacia.
El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, tuvo la amabilidad de recibirnos en su despacho la semana pasada y tiene ahora en sus manos la posibilidad de poner a debate estas reformas y sentar las bases para un Perú más ordenado, seguro y confiable.
No podemos permitir que la polarización y la demagogia sigan postergando los cambios que el país necesita. Es momento de dejar de lado los enfrentamientos estériles y trabajar en soluciones concretas. Peruanos de Estado ha lanzado la propuesta. El Congreso tiene ahora la palabra.
Artículo de opinión publicado en Expreso, 11 de marzo de 2025.
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Replicar esta iniciativa a nivel regional y provincias por los líderes locales y empresariales.
La mezquindad política y un momento de vivir en incertidumbre, es una iniciativa positiva y que se también replicar en las regiones y provincias, toda ves que la enfermedad de la corrupción y el desgobierno autoritario de gobernadores y alcaldes campean a un estilo sin capacidad de gestión.