Cuando recorrimos el Perú durante la campaña presidencial de 1995, uno de los lugares a los que llegamos fue Nazca. Meditaba durante el camino, que el Perú es un país pleno de posibilidades. Dentro del continente, es el que presenta mayor cantidad de restos arqueológicos e históricos que, como misteriosas huellas del pasado, atraen a propios y extraños.
Las gigantescas y descomunales líneas y figuras de Nazca, cuyas características, vistas desde lo alto, parecieran reflejar los perfiles o trazos de un antiguo campo de aterrizaje, constituyen uno de los más importantes legados de nuestros antepasados.
Al detenernos en el mirador, instalado a un lado de la pista y observar la amplia meseta impregnada de arena y viento, sentimos nítidamente una honda sensación, como si el murmullo de nuestros antepasados y sus dioses nos hablaran al oído, para susurrarnos y hacernos recordar su grandeza y mensaje.
Confieso que la emoción me embargó hondamente, mientras mis ojos recorrían, una y otra vez, algunas líneas cercanas que, en su tiempo, podrían haber graficado el profundo respeto de nuestro pueblo a sus dioses.
Gracias a la sacrificada labor, de más de medio siglo, de la estudiosa María Reiche, a quien el Perú recordará por siempre, las líneas y figuras de Nazca se han convertido en uno de los pocos lugares privilegiados del planeta, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Los peruanos debemos, pues, duplicar esfuerzos para que este inigualable complejo de nuestra antigüedad, sea conocido en todos los confines de la tierra. Necesitamos impulsar aquellos estudios e investigaciones que, según la prensa especializada, han detectado hallazgos de geoglifos en Pisco, Ica, Palpa.
Tomado de Hablemos del Perú, Testimonio de un candidato. Raúl Diez Canseco Terry, Lima, 1996.
Raul no me cansare d decir, q asi como muchos mas, pero tu a la cabeza han crecido lo suficiente para llevar las riendas d ese Peru Profundo q tanto amo el Presidente Belsunde y todos nosotros. Adelante.