Violeta Correa tenía 19 años cuando inició sus estudios en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Santiago de Chile. Por ese tiempo su padre, Javier Correa Elías, abogado y diplomático de carrera, se desempeñaba como embajador del Perú en el país sureño.
En setiembre de 1955, Violeta trabajo en el diario La Prensa, propiedad de Pedro Beltrán. Escribió durante casi un año en este icónico diario peruano. En sus reflexiones se notaba profundidad, agudeza, orden, chispa, mirada amplia, la frase justa, la palabra exacta y sin complicaciones gramaticales.
Sin embargo, su obra cumbre como comunicadora nata no se plasmaría en papel periódico ni en blanco sobre negro. Lo haría durante su función como secretaria de la Presidencia de la República (1963-1968) como productora, creadora, redactora, realizadora y promotora de esa gran exposición itinerante de fotografías llamada “Perú ante el mundo”.
En sus reflexiones se notaba profundidad, agudeza, orden, chispa, mirada amplia, la frase justa, la palabra exacta y sin complicaciones gramaticales.
Lograda por la perseverancia de Violeta, la exposición fue, sin duda, el primer gran impulso que se registre en la historia del turismo local con aspiraciones mundiales. Fue una iniciativa extraordinaria, producida y realizada con escasos recursos.
La exposición representaba el imperio de los incas y las manifestaciones de sus diferentes culturas. También hermosos paisajes que reflejaban la dimensión de la naturaleza peruana y su gente.
La exposición “Perú ante el mundo” se inauguró en Lima. Su recorrido por el mundo se inició en 1965 y recorrió durante algunos años importantes ciudades como Tokio, París, Madrid, Nueva York, México, Montevideo, entre otras. El golpe de octubre de 1968 congelaría esta magnífica iniciativa que benefició al Perú.