Tuve el privilegio de conocer a Fernando Belaunde Terry cuando apenas yo era un niño. Mi madre no solo era parte de su familia directa, sino también su incondicional seguidora a partir de 1956 en que Belaunde inicia una extraordinaria cruzada como líder de una nueva y fresca corriente política que, en corto tiempo, habría de convertirse en la alternativa de cambio que el país buscaba afanosamente.
Las elecciones generales de 1963 ungieron a Belaunde como el primer líder reformista de la historia de la República. Sin embargo, recién en la etapa de mi adultez sería la época en que llegué a conocerlo mejor y tratarlo plenamente, compartiendo con él numerosas horas en sus quehaceres como Jefe del Estado durante su segundo mandato (1980-1985).
Mi relación con él se hizo más entrañable cuando dejó Palacio de Gobierno el 28 de julio de 1985, tras entregar el mandato a sus sucesor, Alan García. A lo largo del tiempo lo acompañé por varias ciudades del país en su reiterado peregrinaje para conocer personalmente sus inquietudes y problemas.
Posteriormente, sería él quien decidió acompañarme durante mi trabajo como dirigente nacional frente a Acción Popular o para respaldar la campaña electoral por mi candidatura a la presidencia de la República en 1995.
Quiso el destino que estuviera muy cerca de él en los últimos siete años de su vida. No solo admirando su espíritu de trabajo y entrega permanente a la causa nacional, sino además en sus momentos de alegría como en los de tensión, donde destacaban la mente lúcida la tranquilidad de conciencia, su devoción por la justicia más allá de cualquier circunstancia y su prístina visión de estadista.
La historia, sin duda, tendrá su veredicto; pero los peruanos de hoy y del futuro sabrán que el Perú tuvo en Belaunde a un abanderado de la libertad y de la ley de la hermandad, la misma que, cabalmente, es reclamada ahora como referente moral y ético por un mundo que de verdad quiere ser más libre pero que cada vez se ata al pragmatismo y la frivolidad campante.
Tomado de El Fernando Belaunde que conocí. Raúl Diez Canseco Terry, primera edición. Lima, 2008
DESDE MIS INICIOS EN LA ÉPOCA DE COLEGIO LLEVABA EN MI SANGRE ESA CORRIENTE LLAMADA ACCIÓN POPULAR,,,HIJO DE PADRES ACCIOPOPULISTAS…JOSE Y BERTHA….HERMANO DE GUISELLA JUAN Y MILAGRITOS…FUI POR AÑOS DIRIGENTE DE ESTE GRAN PARTIDO…Y CONOCÍ DE CERCA A ESTE GRAN SEÑOR Y A SU SEÑORA DOÑA VIOLETA…HEMOS VIAJADO EN VARIAS OPORTUNIDADES AL INTERIOR DEL PAÍS…Y LO QUE ME QUEDA SIEMPRE GRABADO ES CUANDO ESTUVIMOS EN LAS CIUDAD DE AREQUIPA EN ESE ENTONCES CON LOS DEMÁS INTEGRANTES DEL FREDEMO. ESTABA YO CON LA LAMPA CON UN GRUPO DE CORRELIGIONARIOS Y ME EMPUJARON Y QUERÍAN BUSCARME PLEITO, ENE ESE INSTANTE LA SRA, VIOLETA ME VIO A LOS OJOS DEL ESTRADO Y ME HIZO UNA SEÑAL COMO PARA DEJAR AHÍ LAS COSAS SIN FALTAR EL RESPETO Y MUCHO MENOS PELEAR… ESO QUEDARA GRABADO EN MI MENTE Y CORAZÓN ASÍ COMO TAMBIÉN FUIMOS UN GRUPO A SU DEPARTAMENTO EN SAN ISIDRO Y NOS ATENDIERON MUY AMABLEMENTE …GRACIAS POR TODO ARQ. FERNANDO BELAUNDO Y SRA. VIOLETA …QUE DIOS LOS TENGA EN LA GLORIA
Soy una convencida AccioPopulista Sr. DiezCanseco, siento mucho orgullo por eso , mi Padre fue Secretario General de AP del distrito de Limatambo Anta Cusco y el Primer Alcalde por Accion Popular ynosotros nacimos con esa sangre de orgullo . Gracias por tener siempre presente al Arquitecto un Hombre intachable y honesto.