El nuevo escenario global es complejo y tendrá un impacto relevante en el crecimiento económico mundial, especialmente en los países de la región latinoamericana, destacaron expertos nacionales e internacionales durante el Primer Congreso Internacional de Ciencias Empresariales, organizado por la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad San Ignacio de Loyola.
Los expositores coincidieron en señalar que la pandemia ha generado expectativas negativas en torno a la producción y el consumo; pero también ha habido empresas que han sabido reinventarse y con estrategias novedosas han logrado encarar la crisis.
A principios de la pandemia, Perú parecía encontrarse en una posición privilegiada por su rápida y decidida respuesta, en comparación con otros países emergentes, pero la actual situación hace ver que solo fue apariencia, comentó el investigador asociado en la Oficina Nacional de Investigación Económica de la Universidad de Rutgers, Roberto Chang.
Recordó que el 2019 Perú tenía una deuda que estaba alrededor del 27% del PBI y el riesgo país en 100 puntos aproximadamente, que era mucho menor al de los países emergentes (390 puntos) y al de América Latina (540 puntos). Este año, sin embargo, producto de las medidas económicas asumidas por el gobierno, el ratio deuda/país ha subido a 35.4%, lo que podría encarecer los créditos internacionales.
De mantenerse un decrecimiento en los trimestres que quedan para concluir el año, el Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional pronostican que el PBI de Perú cerraría el 2020 en -15%, mientras que a nivel global se espera un PBI de -6% y en América Latina -9%.
Al respecto, el fundador presidente de la USIL, Raúl Diez Canseco Terry, afirmó que si vemos el crecimiento y decrecimiento del PBI del Perú en su perspectiva histórica veremos que “estamos ante la crisis económica más seria desde la Guerra del Pacífico, que significó un PBI de -29.2%”.
Recordó que a comienzos del siglo XX la depresión de 1930 hizo caer al Perú a un PBI de -11.4%. El Fenómeno de El Niño en 1983 nos hizo retroceder a -10.4%. La hiperinflación de 1989 llevó el país a -12,3%. La Crisis Asiática y Rusa de 1998 nos bajó a -0,4%. Y la Crisis Subprime del 2009 redujo el crecimiento del país de 9.1% a 1%.
“Si a ello agregamos que el Perú es uno de los 10 países con mayor número de contagios y una de las 5 economías con mayor recesión en el mundo, significa que haremos frente al peor colapso económico desde la Guerra del Pacífico”, afirmó.
Sin embargo, la propia historia nos enseña que el Perú logró salir adelante con el esfuerzo de todos. Es por eso que se tienen que tomar medidas inmediatas para reactivar la economía y no esperar el nuevo gobierno para generar la sensación de cambio, agregó.
Dijo que la reactivación debe pasar no solo por dinamizar los grandes sectores como la minería, pesca y agricultura, sino también por volver a activar el universo de 99% que representan las PYMES en el Perú.
Por su parte, el gerente corporativo de Auditoría Interna del Grupo Romero, Jorge Prada, dijo que la globalización comenzó a desarrollarse plenamente en la segunda mitad del siglo XX a lo largo de tres fases diferenciadas, impulsada principalmente por el avance de la tecnología, el comercio de bienes, la inversión empresarial y los procesos de integración.
En esta nueva fase, agregó, se configura un nuevo patrón comercial en el que ganan protagonismo los servicios, aumenta la regionalización y pierde relevancia el arbitraje de costes laborales.
Señaló que el mundo es un sitio cada vez más arriesgado, así que esperar y observar ya no es una opción posible y que esta pandemia tiene más desastres provocados por el hombre que por la naturaleza, que afecta a los sistemas financieros y a las finanzas públicas.
Los diagnósticos son importantes pero sin propuestas no sirven de nada, no se trata de beneficiar directamente a un sector sino ver su proyección y contribución al desarrollo, nos vamos a seguir lamentando con: la informalidad o motivar su formalización, generar maestros improvisados o calificados, estudiantes desorientados que ven la teoría no les sirve o generación de emprendedores. Hay que aterrizar el modelo con propuestas convincentes para que sea participativo el esfuerzo conjunto hacia el desarrollo sostenible.