Antes de la COVID-19, la tecnología se desarrollaba en un contexto de innovación permanente para satisfacer las demandas de bienestar de la ciudadanía y el surgimiento de emprendimientos.
La crisis del coronavirus demandó la adopción de nuevas tecnologías –como la telemedicina o la robótica– en un escenario marcado por un espíritu colaborativo sin precedentes que podría desencadenar cambios más profundos en el desarrollo tecnológico de los próximos años.
Las iniciativas son promovidas por las comunidades ‘open source’, gobiernos, ‘startups’, empresas privadas e instituciones públicas para facilitar el desarrollo de soluciones conjuntas ante la situación actual.
Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad, casi todos escuchamos y vemos lo mismo simultáneamente o nos comunicamos a la velocidad de la luz con una persona en cualquier rincón del orbe, mientras centenares de satélites distribuyen la información e imágenes nítidas que son recibidas por más de 5320 millones de usuarios únicos de telefonía móvil en la Tierra.
«El Perú necesita inversiones por US$ 35 mil millones en infraestructura de telecomunicaciones para lograr la conectividad promedio de la OCDE».
La tecnología ofrece nuevas maneras de comprar, vender, alquilar y contratar temporalmente a otros: en lugar de empleados asalariados, los trabajadores independientes son pagados por los consumidores al realizar un trabajo específico.
Y qué decir de la Internet de las Cosas (IdC) para tener los dispositivos del hogar interconectados: la refrigeradora que hace la compra, las luces que se encienden solas, las persianas que se bajan cuando no estamos en casa, la puerta de la cochera que se abre cuando estamos llegando a nuestro hogar… Esto ya es una realidad.
Este “shock tecnológico global” ha generado, a su vez, lo que los economistas llaman “Economía Digital”, que no es sino el imperio de internet como la locomotora del crecimiento de los países.
En 2018 se gastaba 862 283 dólares por minuto en compras online. En 2020, los ingresos procedentes de ventas online se situaron en alrededor de US$ 4200 millones. En 2021, la cifra se elevó llegando a US$ 9300 millones de ventas electrónicas. Hoy existen 2140 millones de usuarios que hacen compras por internet en todo el planeta, lo que es una clara señal de que esta ha cambiado definitivamente el mapa de la intermediación.
En esta proyección, el Perú se halla rezagado. De acuerdo con la última medición realizada por Comscore, en 2019 se tuvo en el país 12.7 millones de usuarios frecuentes de internet, frente a 13.3 millones en Chile.
En los próximos 10 años, el Perú necesita inversiones por US$ 35 mil millones en infraestructura de telecomunicaciones para lograr la conectividad promedio de la OCDE, según el Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina.
Por su geografía compleja y muy particular, en el Perú se requiere de mecanismos de colaboración público-privada para cerrar la brecha digital y llegar con la infraestructura necesaria a las localidades rurales más apartadas donde todavía no hay conectividad, con el objetivo de posibilitar el acceso de las familias de menores ingresos a estos servicios.
Tomado del libro «Educación con futuro. Libertad y valores», de Raúl Diez Canseco.
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Entrar y convivir alineados en objetivos como Inteligencia Artificial en el Perú, y escuchar del compromiso y colaboración para ello, es una alegría, porque coordinando, conversando nos conectamos, nos acercamos y hacemos juntos las cosas para nuestro país.
¡Que mayor satisfacción y disfrute
Saludos.