Al igual que otros quinientos jóvenes, Guisela Suárez y Ángel Aponte son dos estudiantes que provienen de lejanos pueblos del interior del país y que gracias al programa Beca 18, impulsado por el gobierno, tienen la oportunidad de estudiar, con todos los gastos pagados, en la universidad San Ignacio de Loyola y cumplir el sueño de ser profesionales y ayudar a sus familias.
“Es una linda experiencia poder recorrer los pueblitos alejados en busca de alumnos provincianos que nunca habían venido a la capital, muchos de ellos desconfiados porque nunca les habían dado una esperanza”, manifestó Raúl Diez Canseco Terry, fundador presidente de USIL, quien señaló además que los becarios tienen el respaldo de un equipo de psicólogos, tutores y de otros alumnos de ciclos superiores, para complementar su formación.
Beca 18 es un programa del Estado que busca en los pueblos más alejados del Perú, estudiantes con alto rendimiento académico y que no tengan las posibilidades económicas de costear una carrera universitaria.