“Raúl, discúlpame, no puedo seguir pagando tus estudios en la universidad, tienes que ayudarnos”.
Estas fueron las estremecedoras frases pronunciadas por mi padre, Raúl Diez Canseco Magill, limeño, hijo de arequipeños. Las escuché con sorpresa una tarde al retornar a casa, luego de un día normal de estudios en la Facultad de Economía de la Universidad del Pacífico. Transcurría el año 1968.
Han pasado más de cuarenta años y aquella frase la recuerdo como si hubiera sido pronunciada ayer. El rostro de mi padre estaba desencajado, lucía agobiado, muy apenado. Esa figura paterna, marchita y atrapada por la impotencia, jamás dejaría de galopar por mi mente y acaso, tal vez, ha sido una fuente de inspiración permanente para reaccionar positivamente frente a cada adversidad. A nadie le gusta ver a su padre abatido por el infortunio.
De pronto mi padre había perdido su empleo de gerente en la fábrica de galletas Fénix, que pertenecía al entonces poderoso Grupo Prado y que operaba en el distrito de Surquillo, allí donde ahora funciona una tienda que comercializa materiales de construcción. En su momento fue uno de los principales centros industriales de Lima, la capital del Perú.
Compungido, con voz entrecortada y con lágrimas en los ojos, me anunciaba aquel día su nueva situación diciéndome, con toda razón, que había que dar prioridad a los gastos de alimentación y mantenimiento del hogar. Fue para él un golpe muy duro.
Sus palabras me conmovieron y por unos instantes se guardó un silencio sepulcral, pues comprendí los difíciles momentos que sentía él y que involucraban a mi familia. En la sobria, pero amigable sala de la casa, solamente estábamos mis progenitores y yo.
De pronto, mi madre, Eva Terry Montes de Peralta, con voz suave, aplomo y extraordinaria visión, lanzó esta pregunta que llevaba implícita una sugerencia:
¿Por qué no das clases a los estudiantes secundarios que se preparan para postular a la universidad?
Pasaron varios minutos y meditaba:
¿Por qué no reunir a un grupo de estudiantes de quinto año de secundaria y prepararlos para los exámenes de la universidad?
Raúl Diez Canseco Terry. El arte de emprender, segunda edición, Universidad San Ignacio de Loyola. Lima, 2013.
Don Raul Diez Canseco Magill,conspicuo socio del Club de Leones de Mir-aflores,gran Caballero y Doña Eva Terry Montes de Peralta,hermana de mi querido y gran Señor José Terry Montes de Peralta,estuvimos desde los comienzos de AP,juntos y el año 1960,me embarca a mi primera Experiencia Política,en Huancayo,se efectuaba la Primera Convención del Centro de Acción Popular el 30 y 31 de Agosto y cierre con un Gran Mitin Multitudinario en la Plaza Haunmamarca,viajamos en el WV,de Pepe Harrinson mi amigo y vecino de Berlin y con Don Percy Buzaglo Terry,casi nos intervienen en la carretera un grupo de Bufalos,gracias a la destreza de Pepe Harrinson,pudimos esquivarlos,luego el 1 ero de Junio,visitamos Concepción,Jauja y otras localidades vecinas,el regreso fue por Tren,con Don Miguel Damert Muelle.linda aventura.La Familia Terry fieles seguidores y Fundadores de Acción Popular,Jorge Terry Montes de Peralta.no habia un Terry,que no estuviera en Campaña,y luego por cosas del destino Yo y Pepe,ocupamos La Dirección General de Gobierno Interior.Adelante en Justicia Social con Democarcia y Liebrtad,
lindomensaje y experiencia de vida que también me impactó por lo real y duro que te tocó vivir Raúl, sobre todo el sentir de impotencia de tu padre y la alternativa que te da tu madre, por eso eres lo que eres, un emprendedor y un ganador Raúl, un gran abrazo con mucha emoción.
Linda y motivadora experiencia,la llegada de tiempos dificiles son muchas veces el incio de nuevos caminos..
Felicitaciones por los logros que estan por venir y por los que ya son parte de ejemplo de emprendimientos