El Perú es una tierra de emprendedores

tierra de emprendedores

Por Raúl Diez Canseco Terry*

Recuerdo, como si fuera ayer, el momento en que se gestó un proyecto educativo por el que nadie apostaba ni creía, ni daba un centavo. Y, sin embargo, mientras mis amigos se preparaban para disfrutar del mar y la playa, tomé la determinación, junto con otros dos compañeros, de crear una academia para preparar a los jóvenes que buscaban un puesto en el pregrado de la universidad donde estudiaba.

Lo hice para ayudar a mi familia que se encontraba en dificultades económicas por la pérdida del trabajo de mi padre. Así nació la Academia Preuniversitaria San Ignacio de Loyola. Transcurría el último trimestre de 1968 y el Perú había caído bajo el régimen militar que derrocó al gobierno del presidente Fernando Belaunde Terry.

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El año 2013, celebramos el 45 aniversario de aquella fecha memorable en que pusimos los cimientos y comenzamos a edificar lo que hoy es la Corporación Educativa San Ignacio de Loyola, que agrupa a diversas instituciones vinculadas al sector educativo, desde el nivel básico, técnico y superior, hasta una escuela de posgrado.

«Y el Perú es una tierra de emprendedores. Eso es lo mejor de este país».

Menciono este aniversario institucional como un hito en el largo, laborioso y apasionante camino recorrido. Un camino que nos permite inspirarnos para observar el futuro con visión, audacia y esperanza.

¿Por qué aludo a este episodio muy personal e institucional? Porque intento demostrar a los jóvenes con hechos tangibles que es posible empinarse desde cero, hacer realidad nuestros sueños y proyectos y abrazar el triunfo, alcanzar la meta anhelada. No tenía capital financiero cuando comencé; sin embargo, como contraparte, tenía muchas ganas y sobre todo fe en mí mismo y en mis sueños.

Estas reflexiones se orientan al emprendedor peruano, especialmente a los más jóvenes, a quienes me dirijo con todo cariño. De alguna manera, todos somos emprendedores porque en nuestras vidas desarrollamos una inquietud profesional, una iniciativa social, una aventura, etcétera. Pero, sin duda, son los jóvenes los llamados a arriesgar más porque simplemente está en juego su futuro. Un futuro que puede ser decisivo para el país. Y el Perú es una tierra de emprendedores. Eso es lo mejor de este país.

*Tomado de El arte de emprender, Raúl Diez Canseco Terry, quinta edición, Universidad San Ignacio de Loyola. Lima, 2014.

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